Pintaba el día bien, después de la intensas lluvias de este invierno y la nieve de la Sierra Nevada de Abrucena estaba en buenas condiciones para ascender algún canuto, así pues nos decidimos a subir al Cerro del Buitre, pero conforme fueron pasando las horas se fue complicando el día.
Después de dar cuenta de un buen desayuno cargado de azúcar e hidratos de carbono nos dirigimos desde Abrucena por la carretera que sube al Área Recreativa de la Roza hacia nuestro punto de salida, en el cortafuegos que queda en la Cuerda de la Mina desde donde empezamos a ascender bien temprano. Tras unos kilómetros de fuerte subida y de disfrutar de la vista de las majestuosas encinas que nos íbamos encontrando por el camino, "acorraladas" por los pinos carrascos de repoblación que tanto gustan a Cesar, llegamos a la Loma de la Mina desde donde nos regodeamos con las impresionantes vistas de los Huertos de Zarago, la Peña Horadada (Peñoran como dicen los lugareños) y el barranco de esta.
Conforme vamos ascendiendo vamos advirtiendo que la espesa niebla con la que amaneció Abla a eso de las 6:30, nos esta alcanzando, hasta el punto de que unos metros mas arriba, después de colocarnos lo crampones y adentrarnos en terreno nevado, la visibilidad se reduce a poco mas de 2 metros a nuestro alrededor. Así que decidimos esperar bajo una piedra a que mejorara la visibilidad, viendo que esto no era así y que las reservas de ponche caballero que Juan "El Chico" traía en su petaca se habían agotado, decidimos desistir y volver por donde habíamos subido.
Era absurdo seguir, la niebla no se despejo en todo el día de la cumbre y sinceramente no concebíamos la ascensión al Cerro del Buitre y no poder disfrutar de las vistas que nos ofrece, a parte de que el descenso con la espesa niebla podría ser un tanto peligroso y no merecía la pena correr riesgos, así que otra vez sera. Podéis ver las fotos AQUI.