Así pues partimos hacia la cumbre con la incertidumbre de saber si podríamos cruzar hacia el barranco del Alhorí pues su peligrosa pendiente y sus umbrías hacían presagiar que encontraríamos, como así fue, zonas de hielo lo que hizo cambiar el plan que teníamos y para evitar riesgos innecesarios cambiar el Picón por la Piedra de los Ladrones, donde íbamos a pasar después de coronar el Picón, así que decidimos coger la loma y ascender por el Ventisquero del Carbón, esto iba a ser mas duro pero menos peligroso.
Una vez arriba nada mejor que pegarse un buen banquete a base de tocino, jamón, salchichón, chorizo y todo esto bien regado con lo que le quedaba a La Mariana, que había sufrido mas que nosotros en la ascensión, estaba próxima a la deshidratacion.
El Cerro Pelao quedaba cerca pero mejor en otra ocasión, después de comer la verdad que no apetecía subir lomas, así que cogimos la Cañada Real de Trevelez y de vuelta, en un descenso que se hizo cortísimo y que perfectamente podíamos haberlo hecho con esquis. Podéis ver las fotos en el álbum.